Casi muero. Tres veces. Tengo 43 años y vivo en Mauldin, Carolina del Sur. Estoy bajo la amenaza constante de desalojo. Soy discapacitado. Me esforcé demasiado. Estoy cansado. Estudié y trabajé en tres campos diferentes: contabilidad/impuestos, tecnología de la información y psicología. Estoy empezando a odiar a mi familia. Tengo una enfermedad compleja. Mi historial médico es interminable. Necesito bajar el ritmo.
Hijo, dijo, ¿tengo una pequeña historia para ti?
Lo que creías que era tu papá no era más que un...
Mientras estabas solo en casa a los trece años,
tu verdadero papá se estaba muriendo, siento que no lo hayas visto,
pero me alegra que hayamos hablado...
Oh, yo, oh, sigo viva.
Oye, yo, yo, oh, sigo viva.
Oye, yo, oh, sigo viva.
Oye... oh...
Oh, camina lentamente, cruza la habitación de un joven.
Dijo que estoy lista... para ti.
No recuerdo nada hasta el día de hoy.
Excepto la mirada, la mirada...
Oh, ya sabes dónde, ahora no puedo ver, solo miro fijamente...
Yo, sigo viva.
Oye, yo, pero, sigo viva.
Oye, yo, chico, sigo viva.
Oye, yo, yo, sigo viva, sí.
Ooh, sí... sí, sí. Sí... oh... oh...
¿Pasa algo?, dijo ella.
Pues claro que sí.
Sigues viva, dijo ella.
Ah, ¿y merezco estarlo?
¿Es esa la pregunta?
Y si es así... si es así... ¿quién responde... quién responde...?
Yo, oh, sigo viva.
Oye, yo, oh, sigo viva.
Oye, yo, pero, sigo viva.
Sí, yo, ooh, sigo viva.
Sí, sí, sí, sí, sí, sí.
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